COVID-19 muestra la forma en que los desastres exacerban las desigualdades

Author

Richard Waddington

HL1 session

Durante la VII Plataforma Regional para la Reducción del Riesgo de Desastres en las Américas y el Caribe, cuyo anfitrión es Jamaica, se afirmó que la pandemia de COVID-19 destaca la forma en que los desastres pueden ser sistémicos, exacerbar las desigualdades existentes y empeorar la situación de las personas que son social y económicamente vulnerables, especialmente las mujeres, los niños y los pueblos indígenas.

Durante el primer día de la PR21, que culminará el 4 de noviembre, se identificaron dificultades y obstáculos que enfrentan los países para aumentar la resiliencia frente a los desastres, incluidos aquellos que se relacionan con el cambio climático. También se analizaron formas de mejorar los sistemas para la gestión del riesgo y se planteó la manera en que la cooperación internacional puede ayudar a superar los retos existentes a nivel tanto nacional como local.

La Sra. Epsy Campbell Barr, Vicepresidenta y ex Ministra de Relaciones Exteriores y Culto de Costa Rica, manifestó que los efectos del cambio climático son distintos en diferentes sectores de la población, pero inevitablemente generan un mayor impacto en las mujeres, los pueblos indígenas y rurales y los grupos más pobres. Ella añadió que “el primer reto radica en velar por que el financiamiento necesario para la resiliencia, la adaptación y la mitigación llegue a estas comunidades vulnerables”, las cuales deben participar en el diseño y la implementación de políticas sobre el aumento de la resiliencia y la recuperación económica después de un desastre. Esto es algo que Costa Rica ya está haciendo.

La sesión de cuatro días se está llevando a cabo por primera vez en el Caribe, bajo el tema “Construyendo economías resilientes”. Unos 3.000 representantes de distintos gobiernos, la comunidad científica y académica, el sector privado y la sociedad civil participarán en la conferencia virtual para examinar y formular recomendaciones sobre los avances logrados en la región para alcanzar las metas establecidas en el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres, acordado en 2015.

El Sr. David Applegate, Director Adjunto de Amenazas Naturales, del Servicio Geológico de los Estados Unidos, señaló lo siguiente: “El aumento de la resiliencia es un esfuerzo de equipo”. Tal como lo han mostrado la pandemia de la COVID-19 y el cambio climático, “las acciones coordinadas son esenciales para abordar retos complejos y en cascada”.

Otro aspecto importante de la cooperación es el intercambio de datos, lo cual permite asegurarse de que la información necesaria llegue hasta aquellos que la necesitan. El funcionario mencionó algunos pasos que se han tomado para la unificación internacional de las políticas sobre datos. Otro ejemplo es la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la cual está ofreciendo un marco para mejorar las predicciones climáticas. Al respecto, el Sr. Applegate dijo que Estados Unidos está participando en diversas alianzas de trabajo con los Estados caribeños para aumentar la resiliencia a las amenazas relacionadas con los huracanes.

El Sr. Applegate también mencionó que otra lección a partir de la pandemia de COVID-19 es la necesidad de integrar conocimiento técnico especializado en los campos científico y sociológico. Por ejemplo, la COVID-19 ha destacado la importancia de transmitir mensajes adecuados, especialmente cuando se dirigen al público sobre su protección contra las infecciones.

Por su parte, la Sra. María Noel Vaeza, Directora Regional de ONU Mujeres para América Latina y el Caribe, hizo énfasis en la función principal que desempeñan las mujeres: “Debemos tomar en cuenta a las mujeres y los niños en la respuesta a los desastres, a fin de no dejarlos atrás” y añadió que las mujeres deben asumir funciones de liderazgo y situarse al centro de las respuestas a los desastres. Estos también exacerban los actos de violencia contra las mujeres.

América Latina y el Caribe han experimentado una de las tasas de mortalidad más altas debido a la pandemia de COVID-19. El impacto económico también ha sido devastador y el número de personas muy pobres ha venido aumentando desde 2019 en un 10%, según lo aseveró el Sr. Rolando Campo, Director de la División de Estadísticas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), que promueve el desarrollo social y económico de la región, está haciendo un llamado a establecer nuevos criterios para utilizarlos al otorgar asistencia económica internacional. La organización está fomentando un alejamiento de la dependencia actual en el producto interno bruto (PIB) per cápita, ya que esta fórmula excluye a gran parte de la región.

El funcionario afirmó lo siguiente: “Necesitamos una alternativa que pueda incluir a los países de ingresos medios. No podemos solo basarnos en el PIB per cápita”. Él también explicó que un nuevo concepto debe tener en cuenta aspectos tales como el medio ambiente, la dependencia en los combustibles fósiles, la menor disponibilidad de materia prima a nivel local, la baja productividad de los sectores de exportación y el peso del sector informal en una economía.

Asimismo, el Alcalde Dário Jorge Giolo Saadi afirmó durante la sesión que la ciudad brasileña de Campinas ha tomado diversos pasos para mejorar la prevención y la respuesta a los desastres. En cuanto a la COVID, la ciudad ha trabajado de forma conjunta con las autoridades del estado de Sao Paulo y el gobierno nacional, y ha acatado los lineamientos internacionales. El Sr. Saadi explicó que, a pesar de la gran cantidad de casos en Brasil, el sistema de salud de Campinas ha continuado siendo resiliente.

Campinas también ha permanecido activa en otras áreas de la prevención de desastres, incluidas las inundaciones. Al respecto, el Sr. Saadi agregó lo siguiente: “Fuimos pioneros en la creación de comunidades resilientes al riesgo”.

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