Previsión de desastres salva vidas y medios de sustento, según PR21

Author

Richard Waddington

Day 3 of the RP21
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El uso de mejores sistemas y métodos para el pronóstico del clima y de otros fenómenos permite que sea cada vez más posible prever los desastres antes de que ocurran, ya sean inundaciones, huracanes o terremotos, lo que sienta las bases para establecer y tomar medidas previsorias que pueden salvar muchas vidas y medios de sustento.

Durante una sesión sobre sistemas de protección social basados en pronósticos y acciones previsorias, como parte de una conferencia virtual sobre la reducción del riesgo de desastres (RRD) en las Américas y el Caribe, la Sra. Shelley Cheatham, Directora para América Latina y el Caribe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la Organización de las Naciones Unidas (OCHA), se formuló las siguientes preguntas: “¿Por qué debemos esperar? ¿Por qué observamos cómo se acerca el tren y no sacamos a la gente del camino?”.

La mayoría de los desastres ocurren sin ninguna advertencia. Sin embargo, más del 20% de estos se pueden predecir y las acciones tempranas pueden evitar que se transformen en catástrofes totales. Las inversiones para mitigar el posible riesgo de desastres y para preparar a las comunidades para gestionarlos también pueden ayudar a ahorrar costos incurridos durante una respuesta a un desastre. No obstante, en la conferencia se afirmó que, a pesar de las ventajas de las acciones tempranas, solo el 1% de la ayuda humanitaria se destina a financiar estos pasos.

La sesión sobre planes de acciones previsorias se realizó durante el tercer día de la VII Plataforma Regional sobre la Reducción del Riesgo de Desastres en las Américas y el Caribe que se celebra en Jamaica, la cual inició el 1° de noviembre y finalizará el 4 de noviembre. La Plataforma Regional está evaluando la implementación en la región del Marco de Sendai, el programa global para la reducción del riesgo de desastres aprobado en 2015.

Diversos expertos de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la Organización de las Naciones Unidas (OCHA), de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), del Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres en América Central y República Dominicana (CEPREDENAC), de la Dirección General de Protección Civil y Ayuda Humanitaria de la Unión Europea (ECHO) y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) compartieron ejemplos de mejores prácticas y analizaron los desafíos que supone ampliar la aplicación de acciones previsorias.

La Cruz Roja cuenta con varios proyectos piloto que buscan pasar del paradigma de respuesta tradicional de las acciones humanitarias a un sistema de financiamiento basado en pronósticos que permita prever desastres y reducir el sufrimiento y la pérdida de vidas humanas, según lo explicó el Sr. Mathieu Destrooper, Asesor Regional de Previsión de la Cruz Roja para América Latina y el Caribe.

Es fundamental contar con un plan de acciones tempranas que evalúe el riesgo con base en los pronósticos y defina el nivel de impacto probable. Las acciones previstas deben establecer un vínculo con un mecanismo de financiamiento, tal como un plan de contingencia, o bien, un seguro basado en índices, que esté preparado para efectuar pagos. Como ejemplo, en setiembre de 2020, la Cruz Roja ayudó a diversas familias rurales en la región central de Ecuador, cuando el volcán Sangay comenzó a arrojar ceniza. La asistencia rápida que se prestó a las comunidades agrícolas significó que estas no se verían obligadas a vender su ganado a precios por debajo del mercado solo para poder sobrevivir.

Claudia Herrera, Secretaria Ejecutiva de CEPREDENAC, afirmó que “la previsión y los pronósticos son esenciales en el marco de las emergencias. Es por eso que insistimos en el desarrollo de mecanismos y herramientas que permitan comprender mejor las vulnerabilidades e identificar las características de las amenazas (de desastres) … mitigando los riesgos existentes y aumentando la resiliencia”.

CEPREDENAC tiene una plataforma para la coordinación de información, la cual busca fortalecer la toma de decisiones y elaborar herramientas educativas y tecnologías para seguir de cerca las amenazas y evaluar las capacidades para responder a los desastres.

El Sr. Raquel Peña, Especialista en Emergencias y Resiliencia en la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, explicó que los desastres están generando un mayor impacto en la región de las Américas y el Caribe, lo cual está ocasionando una mayor pobreza y más hambre. Según diversos estudios de la FAO, las acciones previsorias generan un buen rendimiento de las inversiones para las comunidades.

Por su parte, Daniela Cuellar, Oficial de Asuntos Humanitarios, brindó detalles sobre cómo la OCHA ha venido trabajando para que la ayuda humanitaria sea más previsoria, y han reservado $140 millones de dólares estadunidenses para respaldar esas inversiones. Hasta ahora, se han lanzado 12 proyectos, principalmente en África y Asia, los cuales incluyen diversos riesgos, desde sequías hasta enfermedades. La funcionaria también agregó que las acciones previsorias están mejorando la calidad de los programas, lo que permite que la asignación de la asistencia sea más precisa, y esto fortalece la colaboración entre las agencias de ayuda.

El Sr. Álvaro Vicente, Director de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe, afirmó que las acciones previsorias son una de las prioridades principales de la ECHO.

Los panelistas estuvieron de acuerdo en que la ampliación de las acciones previsorias y el hecho de asegurarse de que se integren completamente en los enfoques de gestión del riesgo de desastres son algunos de los desafíos fundamentales. La Sra. Shelley Cheatham concluyó con las palabras siguientes: “Esta es la única forma de pasar de un proyecto piloto a una escala más grande”, agregando que “necesitamos implementar este enfoque dentro de los planes y las instituciones nacionales”.

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